El proyecto de ómnibus de larga distancia diseñado por Carlos Alfredo Pereyra propone el ahorro de combustible y medidas contra accidentes. Fue expuesto en el Salón del Automóvil de Detroit en 2005 pero aún duerme en el mundo de las ideas.
Cada vez que ocurre un trágico accidente en las rutas argentinas que involucra transporte de pasajeros nos preguntamos el por qué. Se habla de la poca infraestructura en materia de rutas que tiene nuestro país, de la sobrecarga laboral de los conductores y también de la estabilidad de micros de doble piso.
Este último ítem, aunque demostró ser una opción apta para trasportar muchos pasajeros y con ello, bajar el costo por pasaje vendido, presenta varias dificultades para la conducción con viento cruzado y una evacuación caótica en caso de emergencia.
Carlos Alfredo Pereyra es diseñador industrial y profesor de la Cátedra de Ergonomía de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y La Plata. Su proyecto del Busphere fue exhibido en el NAIAS (North American International Auto Show2005) y, desde ese entonces, está en el Hall of the Fame de Detroit, Michigan.
En tiempos en que la preocupación mundial pasa por la obtención y consumo racional de la energía, con el “Busphere” -cuenta Pereyra– se lograría reducir la superficie frontal de un ómnibus de larga distancia sin perjuicio del espacio y comodidad de la cabina de pasajeros. Y ello, redunda también en un menor consumo de combustible, ya que la oposición del aire a velocidad crucero es menor.
Su situación permite formar por detrás una estructura o alma central que recorre toda la longitud del ómnibus, asemejando a un perfil doble T, que permite formar dos vías de circulación de aire por sus lados.
Con este replanteo principal se logra una forma entallada en su cintura, que continua en toda la longitud del ómnibus, y a la cual se puede tratar en forma localizada en nariz y cola para conformar los bordes de ataque y de fuga que inciden sobre el aire.
Sobre seguridad vial y publicidad
En materia de seguridad frente a un impacto frontal, al puesto de conducción localizado en el centro y adelante, lo rodea un área de deformación programada de la carrocería que aporta material diseñado para comportarse como protección absorbente de impactos alrededor del conductor. Su forma y tecnología de chapa de acero estampada le aporta mayor resistencia.
Otro punto importante es el referido al impacto institucional y corporativo. Plantea la aparición de dos importantes franjas laterales protegidas de la acción directa del sol y la lluvia, que permiten la instalación de dos pantallas de video de plasma, que recorren casi toda la longitud del ómnibus, brindando todo tipo de imágenes animadas y mensajes de publicidad, especialmente cuando la unidad transita en ciclo urbano, como cuando se halla detenida en dársena, entregando mensajes de orientación al pasajero, tales como horarios de salida e itinerarios.
Está claro que las políticas y regulaciones viales son las que deben dar el marco de seguridad a los pasajeros, pero es desde el diseño inicial donde se debe contemplar y proponer soluciones eficaces e innovadoras para acrecentarla.
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