El destacado bandoneonista presentó nuevo cd acompañado por su sexteto.
La tormenta de Santa Rosa ya se había disipado sobre el cielo porteño. En el barrio de San Telmo, la sala del Torcuato Tasso estaba llena de público. La ocasión lo ameritaba. Era el segundo recital que Raúl Garello dio para presentar «Tiempo Fuerte», su última obra, el pasado sábado por la noche.
El escritor de tangos José Tcherkaski subió al escenario y tomó el micrófono pasadas las 22.30 para dedicarle unas palabras a su amigo: “Garello arriesga mucho con este disco, pero ese riesgo es cotidiano en él”, afirmó el poeta y agregó, mirando al bandoneonista, “el riesgo en este caso, valió la pena maestro”.
Garello, agradeció y abrió juego con “Che Buenos Aires”, un clásico instrumental de su autoría, que con los primeros acordes entusiasmó a locales y los muchos extranjeros, sobre todo brasileños, en el público.
Según Tcherkaski parece que Garello en la intimidad “habla poco”. Pero esto no se condice con lo sucedido durante el recital donde antes de cada canción, charló con el público y familiares presentes en las primeras filas. Se emocionó sobre todo al mencionar dos personas entre los asistentes: su primer nieto llegado al mundo hacía poco y con Francisco Torné, “es el nieto de Pichuco”, explicó desde el escenario.
Vinieron entonces “Tiempo fuerte”, un poderoso instrumental que da nombre al disco y “Danza invisible”, una fábula acerca de una joven llamada Rosa que se va a vivir a Barcelona y no tiene un buen pasar.
Invitó luego al escenario al joven cantante Jesús Hidalgo, que brilló en la interpretación de “Che bandoneón” de Manzi y Troilo. Al finalizar Garello bromeó, cuando el público cesó de aplaudir, sobre el cantante: “No parece, pero si”.
Se sucedieron “Arlequín porteño”, otro clásico propio donde el solo de violín de Fabián Bertero ganó protagonismo, “Todo es un berretín de toma y traiga”, escrita por su hermano, y la borgeana “Un alguien”, ambas con la voz de Marcelo Tommassi. “Estos jóvenes cantantes dejaron de ser promesa para convertirse en realidad”, sostuvo Garello.
Cerca de las 0 horas propuso “Entre gallos y medianoche” y aclaró con un guiño irónico al salón: “Es la hora que nos portamos bien”.
Demasiado pronto el maestro aclaró que el recital se acercaba al final: “Estamos tomando Defensa para el norte, para el lado de Retiro” y acometió junto a Tomassi en voz con “Paco a paco” una dura crónica en formato de tango sobre la niñez en la ciudad.
Como un recital de rock el publico pidió una más. Garello regaló en bises “Viva el tango” de Horacio Ferrer y una reversión orquestal de “La Cumparsita”, que terminó de conquistar a una platea agradecida por la muestra de calidad y humildad que demostró el maestro, al frente del sexteto.
Raúl Garello se presentó junto con Fabián Bertero (violín), Alberto Giaimo (piano), Luis Alberto Ferreira (flauta traversa), José María Lavandera (percusión), Gabriel de Lio (bajo eléctrico), Jesús Hidalgo y Marcelo Tommasi (voces).